Ajedrez

Tanta gente se siente rey.

Noble es un rango de clase,

Pero lo usamos como si fuera sinónimo de bueno, o para mencionar algunos gases.

Los demás, por lo general,

no pasamos de peones,

pero hay alfiles,

torres

y caballos.

Yo siempre me he sentido miembro fiel de los de abajo,

No sé si eso se entiende,

No por humilde, ni por consciente,

Sino para evitar creyentes y cornetas,

pero eso sí,

acepto que tuve mis momentos de flaqueza,

en donde quise coronar,

y ser la reina…


Leído en “Poesía pal barrio” auspiciado por el MAC, 12 de noviembre de 2022. En Librería La Esquina.

Lectura histórica

Observé el paisaje,

leí toda la voz impresa

Y pague el pasaje y su pesaje para ver mi cara presa,

mis mismas manos traficadas. Mi color subiendo desnudo una palmera,

la letra muerta en un zapato

Mi cuerpo errante transplantado a sus sórdidas macetas.

Una alacena, y una decena de animales pretensiosos dando premios a su antojo en la miseria.

La vida la llamaron

suya con ciencia,

Dura con pena.

Sucia confesa.

con reos en legiones,

con religiones

con soles falsos y con ciertos.

La llamaron suya en nuestra propia cara,

entraron por la sala

y se la llevaron puesta.

Le escribieron música a sus balas,

convirtieron en pecado todas las flechas

porque sus ojos,

y los de sus dioses,

vieron la tierra desierta.

Una isla

sin papeles.

Sin deudas.

Sola por ahí.

Al garete,

al sereno,

sin amo cobrando renta,

sin rey que le montara sus murallas,

sin lobos para sus represas,

Sin soldados para dar la vida por la raya a tinta.

Sin la santa niña pinta.

Sin el espacio sideral.

A sus descendientes se nos ve la cara en la pobreza, y se nos llamó con señas,

porque de otra forma alguien podría vernos y testificar.

Nos arrodillaron a la fuerza frente a sus babosos dioses, nos pisaron sus devotos, nos enseñaron a dibujar equis para dar votos y a chocar ruidosamente las manos para hacer nuestros sus logros.

En sus pilas bautismales y en sus largas listas de demonios, nos pusieron de nombre nada, y de apellido nadie.

Nos dieron rifles para proteger sus anidajes,

nos dieron pelotas y los naipes.

nos enseñaron a ser humus para plantas de perseguidores, nos dieron tablas sin taquilla.

Y en las jardineras de “square gardens”,

soñamos con ser flores rancias

para sus marquesinas tibias.


Leído en “Poesía pal barrio” auspiciado por el MAC, 12 de noviembre de 2022. En Librería La Esquina.

Tiempo

Vivimos tiempos caóticos, como el vuelo de los mosquitos.

Como puede resultar confuso alinear millones de palabras en un orden infinito.

Como encontrar halagos al falo en una sopa de letras.

Cómo mirar estrellas y pensarnos chiquititos.

Vivimos una crisis manufacturada por aliados, un calculado corto circuito, una fiesta de chivo que antes era expiatorio pero ahora solo es anacoreta.

Las crisis son un coro de cornetas en constante sacrificio.

Las crisis confunden, funden y hunden oficios.

Las crisis matan cisnes con prepucios.

Las crisis nublan, trastocan y urden orificios…

Lo dice un citado estudio de malabarismos. Lo confirma un profundo tratado de himnos.

No pensamos igual en la pobreza,

por eso las presas rezan a leones que las velan desde el cielo con ahínco.

Lo dijo un aliado rico, de pipí agarrao con cristo, bajo amenaza de hechizo

o de ser devorado hasta los huesos por ovejas.

Y se ve por todas partes y en cualquiera.

Uno abre los ojos y de sol a sol se tropieza con la crisis, de esquina a esquina, del tingo al tango, de norte a sur, de este a oeste, de la lucha a lo que sigue, de lo que sigue, a lo que cueste. De lo que cueste, a lo que cueste…

…y puñeta, nunca falla, siempre lo que cuesta es el vivir atado a la cara por galletas.

Yo, por otro lado, soy diferente.

Estoy súper bien.

Y si usted me ve por ahí me puede tratar como a mierda.

Como si yo fuera Supermán y sus palabras chancletas.

Como si yo parara tiros como Nío o con la fuerza.

Como cucaracha en hecatombe nuclear.

Usted zumbe que a mí no me duele nada, soy aprueba de balas y la pobreza no me pela las rodillas.

No lo ponga ni en la tablilla de las dudas, todxs sufren en la crisis menos yo.

Yo soy pobre porque quiero,

por deporte, por orgullo,

por frugal, por epicúreo,

por quietista y tintorero,

por mi rol de vagabundo,

por mi capa dura,

por mi – re – fa – sol – la – si- do mundo,

Y mi espíritu de aventura…

Es más, yo hasta respiro en la Luna.

Yo no sé lo que le hayan dicho,

pero a mí me va de maravilla,

me va mejor que al tiguerazo Tony,

a mí me va cabrón y pico,

a mí me va bad bunny.


Leído en “Poesía pal barrio” auspiciado por el MAC, 12 de noviembre de 2022, en Librería La Esquina.

Amado

Vivo con esta sensación de querer ser mencionado en otros nombres.

Avergonzado de ser hombre,

condenado por todas las buenas intenciones que nos llaman.

Castigado con la altura de la ofrenda y el pedido de la flama.

Respiro agua y veo llorar la hoguera.

Una interminable peste a cuerpo indeseable me domina.

Me ha corrido mi carne humana en crucifijo, y se revela.

La paranoia convertida en el entierro.

La certeza del condenado,

la sensación a destierro,

el poderío del amo,

y mi amor grande defendiéndome de cristos…

Quise huir de mi propio nombre sin saberlo.

Quizás por rebeldía,

quizás por el suicidio,

pero estuve siempre equivocado en lo que quise,

y sigo siendo el típico cliché ante el abismo,

Como cualquier nombre,

Como cualquier quicio.


Leído en “Poesía pal barrio” 12 de noviembre de 2022. Auspiciado por el MAC en Librería La Esquina.