Un Hombre contra dios.

Amado Martínez Lebrón, 2018.
Actualizado en Noviembre 2022.

José Luis Lugo y la corrupción en la Iglesia Católica (1967-1972)

José Luis Lugo Rodríguez nació en Jayuya, Puerto Rico, en el 1930, pero los eventos que motivan nuestro interés en su vida inician el verano de 1967, cuando enfrentó al arzobispo de San Juan, Luis Aponte Martínez, en los tribunales de la Isla (Aponte v. Lugo). El pleito buscaba anular un interdicto diligenciado por el arzobispado, que le prohibía a José Luis Lugo la publicación de un informe financiero que recopilaba una serie de “irregularidades”, “problemas” y “deficiencias”[1] en las finanzas de la Iglesia católica. El informe, que aspiramos discutir a fondo en una pieza audiovisual que está en su etapa de investigación, demostraba, apoyado en los libros de contabilidad de la propia institución, la corrupción en la Iglesia católica a través de casi un siglo.

Al momento de su caso contra la Iglesia, José Luis Lugo estaba casado con Esperanza Gonzáles Geigel, era padre de seis hijos y empresario exitoso con residencia en Villa Caparra, Guaynabo, una urbanización para personas con ingresos por encima del promedio. Su familia gozaba de las comodidades del progreso definido en su tiempo como el acceso a los mercados. Entre sus logros comerciales se le atribuye la distribución local de la marca de automóviles Volkswagen Beetle y la dirección de un negocio que manejaba la venta de cursos por correspondencia, entre otras cosas. Dentro de los estándares de la época se podría considerar un miembro distinguido de su clase y la comunidad.

José Luis Lugo había sido contratado por el propio Aponte Martínez como administrador de los bienes de la Iglesia católica en junio de 1967 con un sueldo de $1,200 dólares mensuales. En agosto el arzobispo lo despidió, poco después de que Lugo le presentara prueba de un patrón histórico de malversación de bienes donados a la Iglesia. Tras su despido, el ahora exadministrador de los bienes de la Iglesia católica, como le llamó luego la prensa, escribió una carta con sus hallazgos y se la presentó al arzobispo exigiendo ser reintegrado a su trabajo, o al menos indemnizado, a cambio de no divulgarla. Durante la negociación entre las partes, Aponte Martínez consiguió el interdicto del tribunal que prohibía la publicación del documento y el proceso de apelación de José Luis Lugo se dilató por cuatro años. Parte de la carta-informe ve la luz pública finalmente el 30 de noviembre de 1971 en la primera plana del periódico El Mundo.[2]

José Luis Lugo fue arrestado por la Policía de Puerto Rico dos veces en el periodo entre la primera visita al tribunal, y la sentencia del juez asociado Marco Rigau Gaztambide en el 1971. El 19 de septiembre de 1967, un día antes de la primera vista relacionada al interdicto, Lugo fue acusado de portar un arma sin permiso, por el licenciado Wallace González Oliver, principal asesor legal de la Iglesia católica en ese momento. Fue arrestado en horas de la noche, provocando “una aterradora sensación de ansiedad y de indefensión en su esposa y sus niños.”[3]El operativo que se basó exclusivamente en la palabra del abogado de la Iglesia, no concluyó en una acusación contra José Luis Lugo porque este contaba con licencia para portar armas.

A partir del 5 de agosto de 1968, los asesores de la Iglesia “contrataron a un detective privado —según declaración jurada del propio detective— para hacer averiguaciones en torno a Lugo”.[4]El detective entró en el círculo íntimo de la familia del exadministrador y trató, entre otras cosas, de inducirlo a cometer delitos.  El 4 de noviembre de 1968 José Luis Lugo fue acusado nuevamente por Wallace González Oliver, en esta ocasión de caución juratoria,[5] y fue arrestado el día seis, “otra vez exactamente el día antes del día en que estaba citado para esa vista en corte”,[6] y cuando “no parecía necesario expedir una orden de arresto, sino que pudo haber[se] expedido una citación”.[7] Lugo, según la prensa, aseguró también haber sido víctima de secuestro en febrero de 1971.

El 9 de marzo de 1972, cuatro meses después de la publicación de la carta-informe, en un caso relacionado a hechos que ocurrieron durante el proceso de negociación entre Lugo y el asesor de la Iglesia, se “declara al acusado José Luis Lugo culpable y convicto de infracción al Artículo 32 de la Ley de Armas de Puerto Rico…”[8] El tribunal lo sentenció a seis meses de cárcel por supuestamente haber amenazado con un arma al Licenciado Wallace González Oliver en una reunión entre ellos solos, efectuada en la casa de José Luis Lugo, a principios de septiembre de 1967, y mientras Wallace le ofrecía $7,000 en efectivo a cambio de su silencio.[9] Lugo fue declarado culpable solo con el testimonio de Wallace González Oliver. El 5 de abril de 1972, un mes más tarde, José Luis Lugo volvió a alcanzar la primera plana de los periódicos cuando secuestró a José Luis Carrión,[10] vicepresidente del Banco Popular de Puerto Rico en ese momento, y huyó con él desde el aeropuerto de Ponce en un avión de Prinair hasta Cuba, con $290,000 dólares en efectivo ofrecidos como garantía de rescate.[11]

Los casos Aponte v. Lugo y Pueblo v. Lugo, deben ser entendidos como la consecuencia directa de haberse conseguido evidencia concreta, que demostraba la corrupción histórica en la Iglesia católica. Los hallazgos de Lugo en gran medida fueron opacados por la forma en que los medios de comunicación se enfocaron en su persona y por el hostigamiento y la influencia de la Iglesia. En el proceso de convertir a Lugo en noticia, la mayoría del tiempo se pasa por alto la prueba de corrupción, aun cuando el pleito en los tribunales la legitima; igualmente, se ignora la evidencia de persecución.

La exposición que consigue el caso, sin embargo, nos permite definir a la Iglesia como una institución que genera grandes focos de poder, que se nutre de acumular riquezas, del privilegio del secreto, que se perpetúa con la administración de un discurso que le fabrica las ventajas, y que se impone con la persecución activa de la disidencia. Si bien el perfil que dibuja Lugo de la Iglesia hoy pareciera ser de conocimiento público, los estados financieros lo prueban más allá de toda duda por primera vez en nuestra historia. La Iglesia siempre ha disfrutado de acceso privilegiado a las riquezas por su asociación con los poderes económicos y políticos, pero también por ser ella misma un poder. El contenido de la carta-informe está en completa sintonía con su perfil de institución económica y política.

Si tomamos en cuenta que la Iglesia católica es el modelo matriz del cual salen el resto de las denominaciones cristianas que dominan nuestra cultura, tal vez concluiríamos que analizar y caracterizar su perfil debe ser el principio de toda reflexión respecto a las instituciones religiosas contemporáneas. Dos momentos fundamentales que prueban con contundencia el carácter de la Iglesia católica como fundadora y paradigma de todas las demás instituciones religiosas que controlan a Puerto Rico, serían: el proceso de la Conquista de América en toda su extensión[12], entendiéndola como una relación de negocios con la Corona, basada en la esclavitud,[13] a partir del siglo XVI; y el reclamo de autoridad de los católicos estadounidenses[14] sobre los territorios ganados a España[15] tras la guerra hispano-cubano-estadounidense, en el contexto de la apertura al mercado local de almas y la libre competencia de productos intangibles, que aprovecharon las iglesias cristianas protestantes.[16]

El caso Aponte v. Lugo se puede definir, desde la biología evolutiva y sus intervenciones historiográficas,[17] como una instancia en donde se manifiestan claramente los intereses evolutivos que caracterizan a las instituciones de poder, y en específico a las religiosas, como cleptocracias.[18] Entendemos por cleptocracia, un sistema que actúa “…transferring net wealth from commoners to upper classes” y sin estar vinculadas a consideraciones ideológicas específicas.[19]

De otro lado, el contexto histórico anterior e inmediato al caso Aponte vs. Lugo, se define de forma sobresaliente por los conflictos sociales que se generaron, muchos de base económica, y que provocaron una multiplicidad de frentes políticos de lucha,[20] así como un cambio colectivo de conciencia.[21] Las circunstancias históricas del pleito legal, se caracterizaron por la resistencia social al poder en muchos niveles, manifestado por la búsqueda de participación en los asuntos públicos, pero también con la manera en que esas luchas se canalizaron a través de las instituciones coloniales que proveyó el Partido Popular Democrático.[22] El periodo fue escenario de exigencias laborales, resistencia al colonialismo,[23] y luchas feministas,[24] pero lo distingue también la tradición de persecución política representada en parte con la ley 53 del 1948 (Ley de la Mordaza), que aunque fue derogada en el 1957, sentó la pauta de la persecución y represión política que diezmó durante décadas los movimientos nacionalistas e independentistas que llevaban junto a los estudiantes, la vanguardia.[25]

La lucha contra el poder en este periodo suele caracterizarse en nuestra tradición historiográfica con los próceres, el nacionalismo, la izquierda, la clase trabajadora y la identidad política que construyen las mujeres, pero es también la época en que las comunidades de sexualidad alternativa están reivindicándose y la cultura religiosa se abandonaba masivamente.[26] Dado que los principios de la libertad sexual y los de las luchas por los derechos reproductivos (parte importante del feminismo), están en conflicto directo con la moral religiosa, en la práctica las entendemos como pioneras en el proceso de ir socavando como expresión cultural la autoridad del cristianismo. Estos movimientos se convierten en la vanguardia de la lucha contra la Iglesia y, por lo tanto, se perfilan como el contexto inmediato de la carta-informe. José Luis Lugo como individuo, ya sea consciente o inconscientemente, estaba en sintonía con las reivindicaciones liberales, y puede entenderse como el despunte de las luchas que buscaban una ruptura con la mentalidad religiosa en la Isla. Tanto José Luis Lugo como sus tiempos, deben ser definidos también como la génesis del cuestionamiento organizado a la cultura cristiana. La gesta de José Luis Lugo es prueba de que era posible enfrentar la religión, además de en términos de doctrina, en términos financieros. Es sin duda el principio de una lucha contra los privilegios económicos, políticos y sociales que disfrutan las iglesias desde su agenda de corrupción, intolerancia y persecución.

El caso Aponte v. Lugo está enmarcado por la ruptura con la tradición cristiana, en gran medida porque el periodo se distingue por el acceso a la educación,[27] por el valor social que adquiere la prueba[28] y por haber creado el ambiente para un juicio que, dentro de los parámetros legales de los tiempos, se podría considerar como imparcial, entendiendo esa parcialidad como producto propio del discurso del orden, la justicia y la razón que articulaba la modernidad. Las opiniones del juez asociado Rigau Gaztambide en el caso Aponte v. Lugo, y como voto disidente en Pueblo v. Lugo, reflejan esas tendencias. Sin embargo, el caso Pueblo v. Lugo, cuando termina condenando a José Luis Lugo a la cárcel, muestra con detalles el poder que la cultura religiosa mantenía en las instituciones.[29]

El proyecto político de la institución católica, basado mayormente en la censura, buscaba imponer la moral cristiana en el gobierno con el fin de justificar su relevancia en una época caracterizada precisamente por luchas que antagonizaban con el cristianismo.[30] La Iglesia se había enfrascado en un sinnúmero de contiendas con los representantes protagónicos de la política en Puerto Rico durante la década de 1950 y 1960 buscando visibilidad. Las nuevas relaciones sociales van desautorizando como institución a la Iglesia católica en más de un frente, lo que provoca que reaccione como el Estado: valiéndose de propaganda y represión. Esto se manifiesta de forma destacada con la lucha política que llevó en contra del Partido Popular Democrático por alrededor de 20 años, [31] con su apoyo al Partido de Acción Cristiana y con la expulsión del cura disidente Salvador Freixedo.[32] Estos hechos, sumados a las sentencias en Aponte v. Lugo y Pueblo v. Lugo, definen a la Iglesia como una fuerza económica, y, por lo tanto, como aspirante al poder político. Al analizar las victorias populares que le sirven de pretexto al caso Aponte v. Lugo, representadas en parte por el triunfo del Partido Popular Democrático y a pesar de la censura activa de los católicos,[33] podemos reconocer que al menos en términos políticos, la pérdida de autoridad de la Iglesia era palpable.

Entendemos de igual forma, que el comportamiento de la Iglesia en reacción al contenido específico de la carta-informe ilustra cómo su autoridad se constituye sobre la base de los privilegios[34], las riquezas[35] y la fuerza. Con las instancias de conflicto que protagoniza queda demostrado que su rol de poder[36] no depende de individuos particulares, sino que descansa en la fuerza que le da su dispersión en la sociedad. [37]  El poder, por lo tanto, se manifiesta cuando administra castigos, vigilancia y persecución, pero también cuando controla el conocimiento, como demuestra el hecho de que unas pocas personas conozcan las finanzas de la Iglesia y tomen decisiones unilaterales en su propio beneficio, con las riquezas donadas por toda una comunidad.

Con nuestra reconstrucción de la figura de José Luis Lugo aspiramos a sumarlo a la oleada de resistencia al poder que se genera durante las décadas de 1960 y1970, y que atentó contra sus administradores económicos, sociales y culturales. El caso Aponte v. Lugo nos ayuda a reconocer el momento en que las condiciones históricas alentaron las formas de resistencia desde la sociedad civil, a la hegemonía religiosa específicamente. El contexto podría entenderse también como evidencia del efecto que tienen en las mentalidades y en los proyectos culturales, el acceso al conocimiento y el aumento en la participación democrática. Aquí aclaramos que entendemos como participación democrática el éxito de las luchas por derechos, de grupos enajenados de las riquezas producidas socialmente. Esto nos permite igualmente establecer el caso como evento histórico dadas sus consecuencias en los proyectos políticos que buscan la separación entre Iglesia y Estado, que, al luchar desde la ciencia, los feminismos, las identidades sexuales, la libertad sexual o el control sobre los cuerpos en general, se ven obligados a luchar contra la Iglesia.

***

La historia que vincula a José Luis Lugo con la Iglesia católica no termina aquí. Tampoco nuestro deseo de contar todos sus detalles, incluida una discusión pormenorizada de sus hallazgos. Por eso nos encontramos desarrollando las bases para una pieza audiovisual que nos permita denunciar los privilegios de las Iglesias como fuente de corrupción, opresión e injusticia, desde historias como la de José Luis Lugo.

De momento, para poder completar la reflexión que provoca, nos urge investigar la llegada de José Luis Lugo a Cuba y su contexto, porque entendemos que hacerlo es parte fundamental de la historia de la lucha por la separación entre Iglesia y Estado en Puerto Rico. José Luis Lugo vive en la mayor de las Antillas desde hace 45 años, pero a sus casi 90 no necesarimente se encuentra en condiciones de conceder una entrevista. Sin embargo, investigar en Cuba nos permitiría obtener información que nos ayude a entender cómo fue recibido Lugo por el Estado, más allá de los rumores que publica la prensa puertorriqueña de la época. Hasta el momento hemos reconstruido con detalle gran parte de la vida de José Luis Lugo, en especial la prueba financiera que hizo pública, valiéndonos de entrevistas, transcripciones de los casos en corte, la prensa escrita en Puerto Rico y el New York Times.

Parte de nuestra propuesta de investigación descansa en el contenido de la carta informe entendiéndola como una prueba que ha sido menospreciada y hasta descartada, al momento de juzgar la reputación de la Iglesia católica en muchos otros casos, que incluyen, pero no se limitan, a la malversación de fondos, los salarios y pensiones de maestros, la toma de decisiones religiosas en hospitales católicos, la corrupción, la persecución y la indemnización monetaria a las familias de menores víctimas de líderes católicos y sus agresiones sexuales, con el fin de evitar ir a los tribunales. La otra parte de nuestra propuesta depende, dadas las circunstancias, de la vida de José Luis Lugo, incluyendo la perspectiva desde Cuba. Esto nos permitirá tener una excelente razón para comparar las condiciones de la Iglesia católica en ambas islas.

Tenemos como meta recaudar $5,000 dólares en los próximos meses. El dinero recaudado será empleado en lo relacionado a un viaje de investigación a Cuba, que incluiría documentación audiovisual, y el desarrollo de un guión, a partir de octubre de 2018. Como entenderán, recurrimos al esfuerzo individual  o el “Crowd Funding” y convoco como individuo, aunque existan otros colaboradores en el esfuerzo audiovisual, porque el cuestionamiento a la Iglesia sigue siendo un tema que le cierra puertas a las personas.  Por ejemplo, a las corporaciones con capacidad de inversión, así sean públicas o privadas, no les interesa promover proyectos que busquen fiscalizar a las Iglesias. Por lo tanto, dependemos de ustedes, lxs librepensadorxs, para entender y apoyar la importancia de adelantar este trabajo.

Si le interesa ayudar a contar la vida de José Luis Lugo y otras historias parecidas que se perfilan como protagonistas de nuestra pieza documental sobre la historia de la lucha por la separación entre Iglesia y Estado, únase a nuestro esfuerzo de recaudación de fondos enviando su donativo a: PayPal.Me/amadomartinezlebron, o usando ATH móvil con el número 787.405.7471. También se puede comunicar con nosotrxs escribiendo a: amadomartinezlebron@hotmail.com Por este medio le daremos continuidad a las etapas superadas del proceso.

Agradecido de antemano,

Amado Martínez Lebrón y

Dios le debe a Hacienda


José Luis Lugo (1930-2019)

Apuntes de continuidad…

5 de noviembre de 2022.

Actualmente me encuentro en las etapas finales de una investigación sobre la cultura secularista en Puerto Rico que se remonta hasta el siglo XVIII y que está inspirada en lo que comencé con José Luis Lugo y el deseo de crearle un contexto de tradición histórica a los fenómenos contemporáneos de lucha ateísta y secularista. Tuvimos que modificar el proyecto pero sigo comprometido con la historia secularista de Puerto Rico.

15 de marzo de 2019. 

A finales del año pasado, presentamos la historia de José Luis Lugo como parte del trabajo de investigación que hacemos en Dios le debe a Hacienda, con el fin de desarrollar una historia de la lucha por la separación entre Iglesia y Estado en Puerto Rico.

Desafortunadamente, José Luis Lugo murió esta semana en Cuba, sin haber podio regresar nunca a su tierra y sin poder terminar de contarnos muchas de las cosas que teníamos pendientes. Lamentamos mucho su partida pero también sabemos que vivirá mientras luchemos por desenmascarar el abuso de poder de las Iglesias.

Estaremos siempre agradecidos por su contribución a la lucha en contra de la corrupción en la Iglesia Católica y en deuda con él y su familia. Queremos insistir en nuestro esfuerzo por documentar ésta y otras historias en un trabajo que nos permita rescatar un pasado necesario para el futuro secular que aspiramos.

Aquí volvemos a compartir la primera entrega de nuestro trabajo de investigación, porque entendemos que honramos su memoria impulsando nuestro proyecto.

Dios le debe a Hacienda.

14 de marzo de 2019.

A finales del año pasado, presentamos la historia de José Luis Lugo como parte del trabajo de investigación que hacemos en Dios le debe a Hacienda, con el fin de desarrollar una historia de la lucha por la separación entre Iglesia y Estado en Puerto Rico.

Desafortunadamente ayer, José Luis Lugo murió en Cuba, sin haber podio regresar nunca a su tierra y sin poder terminar de contarnos muchas de las cosas que teníamos pendientes. Lamentamos mucho su partida pero también sabemos que vivirá mientras luchemos por desenmascarar el abuso de poder de las Iglesias.

Estaremos siempre agradecidos por su contribución a la lucha en contra de la corrupción en la Iglesia Católica y en deuda con él y su familia. Queremos insistir en nuestro esfuerzo por documentar ésta y otras historias en un trabajo que nos permita rescatar un pasado necesario para el futuro secular que aspiramos.

Aquí Volvemos a compartir la entrevista que le hiciéramos apenas unos meses atrás, porque entendemos que honramos su memoria impulsando nuestro proyecto.

Dios le debe a Hacienda.

13 de marzo de 2019. 

Por la presente lamentamos informales del fallecimiento de José Luis Lugo, el protagonista del vídeo que compartimos aquí y que se convirtiera en la base de nuestra propuesta inicial de investigación para el proyecto documental de Dios le debe a Hacienda.

Queremos darle nuestra más sentido pésame a su familia, en especial a su hijo Pepin Lugo, quien fuera parte tan importante en nuestro acercamiento a esta historia y a las consecuencias que para nuestro país tuvo. Gracias por todo José Luis Lugo, su historia seguirá con nosotrxs y en todo lugar en donde se luche contra la corrupción de las instituciones religiosas.

Dios le debe a Hacienda


NOTAS

[1] Aponte Martínez v. Lugo, Arzobispo Luis Aponte Martínez, Demandante y Apelado v. José Luis Lugo, Demandado Y Apelante. 100 DPR 282 Número: O-69-255, Resuelto: 29 de noviembre de 1971. 285

[2] Editorial. “Controvertible Carta informe”, El Mundo, 30 de noviembre de 1971, 20 A.

[3] Pueblo v. Lugo, El Pueblo De Puerto Rico, Demandante Y Apelado, V. José Luis Lugo, Acusado Y Apelante, 100 DPR 459, Número: CR-70-33, Resuelto: 9 de marzo de 1972, 481.

[4] Pueblo v. Lugo, El Pueblo De Puerto Rico, Demandante Y Apelado, V. José Luis Lugo, Acusado Y Apelante, 100 DPR 459, Número: CR-70-33, Resuelto: 9 de marzo de 1972, 482.

[5] Definición de caución juratoria : Institución del derecho procesal en virtud de la cual un procesado no reincidente que desea beneficiarse con la libertad provisional presta promesa de presentarse siempre que sea llamado por el juez de la causa y fijar domicilio, del que no podrá ausentarse sin conocimiento y autorización del mismo, bastando su contravención para ordenar nuevamente su prisión. Enciclopedia Jurídica, 2014. http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/caución-juratoria/caución-juratoria.htm visitada el 30 de abril de 2018.

[6] Pueblo v. Lugo, El Pueblo De Puerto Rico, Demandante Y Apelado, V. José Luis Lugo, Acusado Y Apelante, 100 DPR 459, Número: CR-70-33, Resuelto: 9 de marzo de 1972, 482.

[7] Pueblo v. Lugo, El Pueblo De Puerto Rico, Demandante Y Apelado, V. José Luis Lugo, Acusado Y Apelante, 100 DPR 459, Número: CR-70-33, Resuelto: 9 de marzo de 1972, 483.

[8] Pueblo de PR vs Lugo 9 de marzo de 1972, 465.

[9] Pueblo de PR vs Lugo 9 de marzo de 1972, 465.

[10] Guillermo Baralt, Tradición de Futuro: el primer siglo del Banco Popular de Puerto Rico. (Hato Rey, Puerto Rico: Banco Popular de Puerto Rico, 1993), 187.

[11] Editorial, “Banker and $290,000 Seized by a Hijacker in Puerto Rico” New York Times, 9 de abril de 1972.

[12] Antonio Dougnac Rodríguez. Manual de Historia de Derecho Indiano. Universidad Nacional Autónoma de México.  202. https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/4/1942/11.pdf

visitada el 18 de marzo de 2018.

[13] Historia de la Diócesis de Puerto Rico y de la Arquidiócesis de San Juan. Tomado de la Página Oficial de la Arquidiócesis de San Juan. http://www.arqsj.org/Arq/NaIdentidad.php, visitada el 14 de marzo de 2018.

[14] Religious News and Views, “Protestant Missions Boards Irritated by a Statement Credited to Archbishop Ireland”, The New York Times, 27 de agosto de 1898. 5.

[15] Editorial, “The War and the Catholic Church”, The New York Times, 23 de Agosto de 1898.

[16] Editorial, “The Roman Church in our New Possessions”, The New York Times, 3 de septiembre de 1898.

[17] Teorías que han articulado pensadores como Richard Dawkins, Jared Diamond, Howard Bloom, Christopher Hitchens y Robert Wright entre otros.

[18] Jared Diamond, Guns, Germs, and Steel: the fates of human societies (New York: W. W. Norton & Company, 1999), 277-8.

[19] Jared Diamond, Guns, Germs, and Steel: the fates of human societies (New York: W. W. Norton & Company, 1999), 276.

[20] Miguel A. Riestra, Pobreza y colonialismo: ¿reforma o revolución? (San Juan: Praxis,1974), 164.

[21] Manuel Maldonado Denis, Hacia una interpretación marxista de la historia de Puerto Rico y otros ensayos, (Río Piedras: Antillana, 1977), 93.

[22] Manuel Maldonado Denis, Hacia una interpretación marxista de la historia de Puerto Rico y otros ensayos, (Río Piedras: Antillana, 1977), 142-143.

[23] Marta Sánchez Olmeda, Los movimientos independentistas y su permeabilidad en la clase obrera (Río Piedras: Edil, 1991), 125.

[24] Yamila Azize Vargas, “Mujeres en lucha: orígenes y evolución del movimiento feminista.” En La mujer en Puerto Rico: ensayos de investigación (Río Piedras: Huracán, 1987), 18-19

[25] Ver Ivonne Acosta Lespier, La Mordaza (Río Piedras: Edil, 2008).

[26] María F. de Barceló Miller, “De la polilla a la Virtud: Visión sobre la mujer de la iglesia jerárquica de Puerto Rico”, en Yamile Azize Vargas (ed.) La mujer en Puerto Rico: ensayos de investigación (Río Piedras: Huracán, 1987), 50-55.

[27] Marcia Rivera, “El proceso educativo en Puerto Rico y la reproducción de la subordinación femenina”, en La mujer en Puerto Rico: ensayos de investigación (Río Piedras: Huracán, 1987), 135.

[28] Michel Foucault, The Order of things: An Archaeology of the Human Sciences (New York: Vintage Books, 1994), 367.

[29] Pueblo v. Lugo, 484.

[30] Robert Wright, The Moral Animal, why we are the way we are: The New Science Evolutionary psychology (New York: Vintage Books, 1994), 328.

[31] «ARCHBISHOP ENDS SAN JUAN DISPUTE; Reaffirms Prohibition of Vote Penalty—Popular Party Makes Peace Move», The New York Times. 25 de octubre de 1960, 25.

[32] Especial para el New York Times, “Dissident Priest Barred over book: Puerto Rico Bishops Ban Jesuit from his functions”, New York Times. Agosto 17, 1969, 51

[33] “3 Bishops forbid vote for Muñoz”, New York Times, 22 de octubre de

1960, 12.

[34] Richard Dawkins, The Selfish Gene (Oxford: Oxford University Press, 2006), 199-200.

[35] Corresponsal Extranjero, “CHURCH IN NEW DEPENDENCIES; Cardinal Ledochowsky Discusses the Difficulties of a Thorough Reorganization”, The New York Times, Enero 31, 1900, 6

[36] Robert Wright, The Moral Animal, why we are the way we are: The New Science Evolutionary psychology (New York: Vintage Books, 1994), 328.

[37] Michel Foucault, La arqueología del Saber, (México: Ediciones Siglo XXI, 1997), 90.


Amado Martínez Lebrón

Trabajo Plástico, Conceptual y Escrito